“Mi hijo tose toda la noche, muchas noches, varias veces por año”; o “la niña se agita sin razón y se le escucha como un silbido al respirar”. Estas afirmaciones de papás y mamás pueden estar sugiriendo síntomas de asma, por lo que es importante realizar un diagnóstico precoz, y así iniciar un tratamiento oportuno.
El asma es una enfermedad crónica de las vías aéreas, que puede manifestarse a cualquier edad, siendo más frecuente en niños de 6 a 7 años y en pacientes con antecedentes personales o familiares de alergia. Sus síntomas varían de persona a persona y pueden cambiar en un mismo paciente a lo largo de su vida. Presenta síntomas y signos clínicos diversos, entre los que destacan tos, dificultad respiratoria (disnea), sibilancias y opresión torácica.
“A pesar de que el asma no se cura, existen distintas formas para mantener una buena calidad de vida. Hablamos de una enfermedad crónica que, en sus casos más graves, de la mano de un buen diagnóstico, manejo de factores de riesgo, educación adecuada y un plan de tratamiento específico para cada paciente, permite que la enfermedad no sea un dolor de cabeza para el paciente ni su familia”, explicó la Dra Claudia Fuentes, Pediatra Broncopulmonar.
Compartimos una serie de factores a tener en cuenta para comprender si se está ante un cuadro de asma y determinar cómo se presenta en cada paciente, para controlar mejor la enfermedad y prevenir crisis.,.
1. Síntomas y gravedad de los episodios: es necesario establecer el modo en que se presentan, tanto en su inicio como en su desarrollo, duración, intensidad, variación horaria y patrón (constante o estacional).
2. Desarrollo de la enfermedad: se relaciona con la edad de inicio, carácter progresivo o no, diagnósticos y tratamientos previos y actuales.
Hay niños con asma que llegan a la vida adulta sin diagnóstico, aunque muchas veces los síntomas sugestivos de asma se inician durante los primeros años de la vida. Cerca de 4 de cada 10 niños que presentan sibilancias al respirar ante infecciones respiratorias se les diagnostica finalmente asma en los años subsiguientes.
Por otra parte, es crítica la determinación de la gravedad de la presentación de asma en cada paciente. El seguimiento a largo plazo de niños que entre los 7 y 10 años presentaban asma parece confirmar que la gravedad de su cuadro se mantiene con el tiempo: quienes desarrollan asma grave en sus primeros años escolares tienden a tener asma grave también en la adultez.
3. Factores desencadenantes o agravantes: Es necesario establecer si los episodios arrancan a raíz de infecciones respiratorias, exposición a alérgenos del ambiente, contaminante en el ambiente, alimentos, fármacos, entre otros.
4. Impacto de la enfermedad: la patología puede generar dificultades en el paciente como ausentismo escolar, no poder participar de ciertos juegos, a la vez que impacta a la familia en la alteración de la rutina, por ejemplo, o los costos económicos de tratar el asma.
Debido a lo anterior, es importante entender cómo son los períodos sin crisis, si igualmente presenta síntomas o no, tolerancia al ejercicio, necesidad ocasional o frecuente de medicación, etc.
5. Educación: Es clave la educación de la familia y del propio paciente en el conocimiento sobre la enfermedad, su cronicidad, dónde atenderse y con qué profesional, además de una administración adecuada de los medicamentos, y tener pautas para saber cómo actuar ante una crisis.
En relación al tratamiento del asma bronquial, existen distintos tipos de medicamentos, siendo los principales los corticoides inhalados. El uso de los distintos tipos de medicamentos existentes para el asma va a depender de la gravedad de este. Asma grave es aquel que requiere un tratamiento muy intenso para mantener un buen control o aquel que, a pesar de la intensidad del tratamiento, el control no es alcanzado.
En cuanto al tratamiento del asma grave en niños, las noticias son esperanzadoras. Cada vez la medicina cuenta con mejores opciones terapéuticas que contribuyen a mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes y de su familia. Se presentó a la comunidad médica la nueva indicación del biológico dupilumab (ya presente en nuestro país desde 2021) para niños de 6 a 11 años como tratamiento de mantenimiento complementario para el asma severa causada por inflamación de tipo 2, cuando no se logra controlar con el tratamiento estándar.
Esta medicación demostró, en un año de tratamiento, reducir un 65% las exacerbaciones en niños de 6 a 11 años con asma moderada a severa no controlada y produjo una mejora rápida, sostenida y clínicamente significativa de la función pulmonar desde los 15 días de tratamiento.
“Gracias al avance de la ciencia podemos tener a mano otras herramientas que logren controlar el asma en casos graves, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de estos pacientes”, concluyó Dra Claudia Fuentes.
Publicado 2023-12-15