Según la UNESCO, 100 millones de niñas y niños en el mundo no aprendieron a leer debido al cierre de los colegios producto de la pandemia. En Chile, en un año normal, sólo el 40% de los estudiantes que pasa a 2º básico sabe leer y escribir, escenario que no mejora hasta 4° básico y que se agudizó dado al contexto sanitario. ¿Cuáles fueron los factores que más influyeron y cómo revertir este rezago?
Para María Eliana Villalobos, profesora de Lenguaje de 1° y 2° básico del colegio American British School, “la no conexión de los estudiantes a las clases online y la ausencia de supervisión por parte de los padres durante el desarrollo de éstas debido a las obligaciones laborales, fueron las principales razones”. Además, Andrea Gómez, fonoaudióloga del mismo establecimiento, complementa que “la exposición a las pantallas jugó un rol fundamental en esta problemática; los niños tienen menor capacidad de atención, mayor frustración; con las pantallas aprenden que todo es inmediato; por lo que enfrentarse al proceso de la lectoescritura, que es lento y requiere mayor esfuerzo, no les resultó agradable o de su interés”.
Asimismo, la pandemia permitió visualizar la falta de espacios propicios para lograr esta habilidad, sobre todo con la familia y en el hogar, donde no siempre se hacen parte de estos procesos. De hecho, según el Estudio de Comportamiento Lector, iniciativa impulsada por el Consejo de la Cultura, los chilenos prefieren ver televisión (37%), escuchar radio (16%) o practicar deportes (9%) antes que leer. Sólo un 6% elige hacerlo como primera preferencia de actividad en el tiempo libre.
¿Es esto un problema para el aprendizaje y desarrollo futuro de un niño? Para Bárbara Paniagua, psicopedagoga y directora de estudios de Educación Parvularia del colegio Manquecura Ciudad del Este: “Posiblemente sí, ya que requerirá más tiempo y estrategias diversas para adquirir, integrar e implementar el proceso lector”, señala. Además, “un estudiante que no logra adquirir las habilidades de lectura y escritura en el nivel que le corresponde genera dificultades de aprendizaje a nivel cognitivo, emocional y social.”, advierte María Elena Villalobos del American British School.
En ese sentido, las especialistas coinciden en que los padres deben estar atentos al rendimiento escolar del niño(a) y si éste afecta en todas las asignaturas de manera transversal, pues quienes presentan dificultades para escribir y leer, también tienen inconvenientes para seguir instrucciones dentro del aula y desarrollar distintas actividades.
¿Cuándo preocuparse? La fonoaudióloga del American British School entrega algunas luces: “Si su hijo no identifica vocales, y no es capaz de generar sílabas con letras dadas, por ejemplo, la letra M es mmmmm con la A es Maaaaa, y así con todas las vocales, o si el niño(a) ya es mayor a 7 años o está en 2do básico y aún tiene una lectura silábica de palabras de alta frecuencia y con sílabas directas (mamá, papá, tomate, maleta, casa, etc.)”. Ante este tipo de situaciones, es recomendable comenzar con el apoyo de un especialista en cuanto el niño presenta la dificultad, para lograr avances significativos.
La estimulación, el ejemplo y hacerlo de forma compartida es lo que aconsejan las docentes de los colegios: acercar a los niños a descubrir lecturas variadas y de acuerdo a sus intereses, como cuentos, comic, poemas, adivinanzas etc., fomentando la lectura como un agrado y no como una obligación.
Publicado 2023-04-03